Las especies de azufre son contaminantes críticos en el gas amoníaco. Pueden causar la sulfuración de metales a alta temperatura, formar complejos agresivos con otros elementos o reaccionar posteriormente en procesos en los que se utiliza el gas amoníaco. La concentración de esas impurezas tiende a ser muy baja, pero no pueden superar los niveles críticos de 0,5 mg/L. Aunque este nivel está muy cerca del valor blanco del sistema Combustion IC, la configuración puede utilizarse para demostrar que no se superan esos límites críticos.