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SwissShrimp AG utiliza la cromatografía iónica para monitorizar la calidad del agua del criadero de langostinos más grande de Europa.

A diferencia de la producción de queso y chocolate, la cría de langostinos no se suele asociar a Suiza. Y aun así, el mayor criadero de langostinos de Europa se encuentra en Rheinfelden, Suiza. Allí, SwissShrimp AG utiliza la enorme cantidad de calor residual generado por la productora de sal Swiss Salt Works, situada cerca del criadero, en su proceso de evaporación del agua salina para calentar dieciséis piscinas interiores de gran tamaño y criar langostinos blancos del Pacífico (Litopenaeus vannamei) a gran escala.

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«Nuestra producción es totalmente transparente y el proceso de producción tiene lugar sin el uso de antibióticos», afirma Michael Siragusa, director técnico y cofundador de la empresa, sintetizando una propuesta de valor clave de la marca SwissShrimp y de los langostinos prémium que producen él y su equipo. «Además, no congelamos nuestros langostinos, sino que los enviamos a nuestros clientes en Suiza en un plazo de veinticuatro horas en cajas de refrigeración especiales diseñadas por nosotros mismos».

El mantenimiento de unos estándares de calidad tan altos solo es posible gracias a la sofisticada purificación del agua de mar en la que se crían los langostinos. El volumen total de las dieciséis piscinas interiores de gran tamaño, con una longitud de 40 metros, una anchura de 5 metros y una profundidad de 60 cm cada una, se purifica veinte veces al día utilizando filtros biológicos, químicos y físicos de tecnología avanzada.

Siragusa y su equipo miden unos quince iones en total en un sistema de cromatografía iónica totalmente automatizado de Metrohm. La eficiencia es el beneficio clave de esta solución: «Si realizáramos las mismas medidas con un método distinto, p. ej., por fotometría, tardaríamos todo el día en hacerlas, cada día», explica Michael Siragusa. El agua de mar de cada uno de los ocho ciclos de agua de las instalaciones se mide a diario. Es crucial vigilar de cerca los parámetros de toxicidad —amonio, nitrito y nitrato—. Estas sustancias se generan como resultado de la alimentación de los langostinos y deben eliminarse del agua, sin que se excedan los valores umbral. Michael Siragusa insiste en lo contento que está con su sistema CI de Metrohm y el apoyo que obtiene de Metrohm Suiza y sus expertos en aplicaciones.

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