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Las sustancias alquílicas perfluoradas y polifluoradas (PFAS) son una clase de casi 10.000 compuestos organofluorados artificiales más comúnmente conocidos como «químicos permanentes». Los PFAS son resistentes al agua, al aceite y al calor. Debido a sus propiedades únicas, encuentran amplias aplicaciones en muchos productos e industrias. Pueden entrar en el suministro de agua y en la cadena alimentaria, provocando diversos problemas de salud en los seres humanos. La estabilidad de estas sustancias y sus productos de descomposición, combinada con su afinidad para unirse a las proteínas, las hace especialmente dañinas. Los métodos de análisis específicos solo capturan una pequeña fracción de la variedad de PFAS. Los métodos de detección no específicos ofrecen una visión más completa de la calidad del agua al estimar el impacto general de las sustancias organofluoradas.

Portada del documento técnico: PFAS

A pesar de la investigación y las regulaciones sobre los PFAS de cadena más larga (p. ej., ácido perfluorooctanoico, PFOA y ácido perflurooctano sulfónico, PFOS), periódicamente se lanzan nuevas formulaciones de sustancias químicas con propiedades similares. Los efectos sobre la salud de la mayoría de estos "químicos permanentes" no se conocen bien, ya que pueden pasar varios años hasta que se demuestre cualquier relación entre la exposición y los impactos resultantes.

La Directiva de la UE 2020/2184 sugiere un valor máximo de 0,50 μg/L para PFAS totales o 0,10 μg/L para PFAS de cadena más larga como requisito mínimo para evaluar la calidad del agua destinada al consumo humano. Ya existen varias normas para la determinación específica de algunos PFAS que se sabe causan daños significativos a los seres humanos y al medio ambiente (por ejemplo, ASTM D7979, Métodos 533, 537.1 y SW-846 de la EPA de EE. UU.). Sin embargo, la mayoría de estas sustancias nocivas no están cubiertas por dichos análisis.

Los métodos de detección integrales, como la determinación del parámetro suma del flúor orgánico adsorbible (AOF) con cromatografía iónica de combustión (CIC), pueden ser una mejor opción para monitorear el alcance completo de los compuestos de flúor orgánico sintético presentes en las muestras de agua. La medición de AOF puede ser especialmente útil para monitorear la eficiencia de los procesos de tratamiento de agua para eliminar químicos organofluorados sintéticos dañinos y prevenir su liberación al medio ambiente o al suministro general de agua. También es un buen indicador para iniciar análisis detallados y específicos si los valores son altos.

En comparación con los métodos de análisis específicos que miden solo una pequeña selección de compuestos individuales, la determinación de AOF en muestras de agua con cromatografía iónica de combustión es:

  • Más comprensivo
  • Más robusto
  • Más fácil de realizar
  • Una alternativa de detección rápida y económica

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Este documento técnico cubre la historia general de las PFAS, cómo pueden ingresar a la cadena alimentaria y cómo afectan nuestra salud. Presenta regulaciones y métodos de análisis específicos sugeridos para la determinación de compuestos organofluorados sintéticos, y cómo el parámetro de suma de flúor orgánico adsorbible (AOF) es una mejor opción para la detección no específica de muestras de agua en busca de PFAS.